Hola, mi nombre es James Clavijo y sé por lo que estás pasando... Hace 3 años, a raíz de la pandemia del COVID-19, viví la crisis económica más atroz que haya existido. Las dudas, el miedo y la incertidumbre inundaron mi cabeza y me atormentaban a diario.

Pronto comencé a ver cambios en mi persona y dificultades para desempeñar correctamente mi trabajo, soy trader profesional.

Cambios para mal, cada vez tenía dolores de cabeza más fuertes y frecuentes, no podía dormir, las taquicardias aumentaban, me mareaba de la nada, pero esto aún no era lo peor...

Lo peor era que cada día sentía menos confianza en mí mismo, me reconocen por ser una persona alegre, pero en ese momento me sentía miserable, no me sentía feliz y vivía en una angustia trágica y constante.

Mientras más pasaba el tiempo más escalaba la situación, hasta que pronto empezaron los cosquilleos en los brazos, se me paralizó la mitad del rostro, y mis pensamientos me agobiaban, al punto de no poder callarlos y tener que gritar para que cesaran.

Un día en la madrugada, fue el punto crítico, en medio de una crisis de ansiedad y depresión, pensaba en lo miserable que me había vuelto y al creer que no lograría jamás recuperar mi vida.

Tomé la decisión de quitármela, tomando un puñado de pastillas...

Milagrosamente, mientras sostenía las pastillas en mi mano, recibí un mensaje en la madrugada. Era mi mejor amigo, solté las pastillas y le marqué de inmediato, le conté cómo me sentía, lo que me había pasado y lo que estuve a punto de hacer.

Él me tranquilizó, salió de su casa y condujo hasta la mía. Rápidamente, estaba afuera, tocó la puerta, me abrazó y hablamos toda la madrugada en la sala de mi casa.

Esa madrugada, él me contó un secreto, su hermano menor, de tan sólo 20 años, pasó justo por lo mismo, él y sus padres estaban preocupados, pero su hermano logró superarlo y salir de ese gran abismo gracias a una técnica ancestral llamada Ho'oponopono.

Me dijo de un chamán hawaiano que se encontraba en la ciudad que fue el justo el que ayudó a su hermano. Esa noche mi amigo se quedó a dormir y al día siguiente faltó al trabajo y me llevó con él.

Al entrar con el chamán, él habló conmigo y me explicó que el origen de la ansiedad viene de nuestro interior, nuestras culpas, miedos, incertidumbre y por abandonar el presente mientras nos preocupamos por el futuro. Y me explicó que todo esto lo arreglaríamos de la mano de la técnica ancestral llamada
Ho'oponopono.

Saliendo me dijo que volviera por 21 días y así lo hice. Ese día al retirarme, le agradecí a él y a mi amigo, volví a mi casa y empecé a buscar más información sobre la maravillosa técnica
Ho'oponopono.

En ese momento, mi vida cambió, algo en mí despertó.

Cada día que visitaba al chamán me sentía mejor aplicando cada uno de los consejos y enseñanzas que me brindaba. Al pasar los 21 días aplicando sus enseñanzas, mi vida estaba floreciendo otra vez, sentía como si la luz y el control de mi mente los hubiese recuperado, y así era.

Este fascinante suceso me llevó a enamorarme de esta técnica y adentrarme en el mundo del desarrollo personal, empecé a visitar psicólogos, leer decenas de libros, me volví el alumno estrella del chamán que me ayudó y en un lapso de 1 año me convertí en un auténtico profesional apasionado por esta técnica que me salvó la vida.

Pronto me di cuenta de que mi propósito en esta tierra era compartir este conocimiento con otros para que también pudieran salir del abismo de la ansiedad en el que alguna vez me encontré.

Es por eso que tomé la decisión de crear el programa "Sana la ansiedad en 21 días", en el que enseño desde cero a implementar la técnica del Ho'oponopono, para curar la ansiedad en tan solo 21 días.

Orgullosamente hasta el día de hoy he ayudado a más de 1,400 alumnos a lo largo de toda Latinoamérica a curar su ansiedad.

Si aún no crees en el poder de esta técnica, déjame mostrarte algunos de los beneficios que tiene y por qué he decidido enseñar esta técnica y cambiar las vidas de cientos de personas a lo largo de Latinoamérica de la mano del Ho'oponopono.